Gritar y ser difícil de calmar es una señal de que las emociones de un niño se vuelven demasiado grandes, demasiado rápido para que pueda manejarlas.
Estos comportamientos también se denominan rabietas o crisis de ira. Son duros para todos, tanto para los niños como para los padres.
¿De dónde sacan esto?
Muchas partes del temperamento pueden provocar gritos. Algunos niños son sensibles al sonido, la temperatura, el gusto o el movimiento. Algunos niños tienen reacciones realmente fuertes que son difíciles de controlar.
Los niños que han experimentado estrés o eventos traumáticos también pueden sentirse abrumados rápidamente y tener dificultades para controlar sus emociones.
A muchos niños les cuesta controlar sus emociones cuando están cansados, hambrientos o no se sienten bien .
Los niños pueden recibir mucha atención y control gracias a este comportamiento, ya que los padres se apresuran a tratar de calmarlos. A medida que los padres hacen todo lo posible para evitar una rabieta, los niños pueden aprender que las rabietas son una buena manera de conseguir lo que quieren.
¿Cómo puedo utilizar una habilidad?
Aprenda cómo se puede utilizar una habilidad para Gritando